Hasta que se consiga transmitir la electricidad sin cables –de hecho, es algo que está en ciernes– seguiremos teniendo que lidiar con la facilidad que tienen los enchufes y conectores para liarse. Para evitarlo, nada como estos cinco trucos para organizar el cableado de tu Smart Tv.

La idea básica es tenerlo todo ordenado, para que si en algún momento tenemos que desconectar un aparato, no se convierta aquello en la típica escena de película de acción en la que el protagonista no sabe qué cable desenchufar. O pero aún, que al intentar sacar un cable, nos llevemos la madeja entera detrás.

  • Utiliza la regleta adecuada

Las casas se empiezan por los cimientos. Una regleta adecuada para todo lo que queremos enchufar es imprescindible si queremos tener nuestro cableado bien organizado.

Además de cuestiones de seguridad, es importante escoger una regleta con suficientes enchufes para conectar todos los aparatos previstos, teniendo en cuenta que esa cantidad puede aumentar en el futuro, que podemos necesitar enchufar alguna cosa en algún momento y que es posible que algunos transformadores pueden inutilizar las tomas contiguas.

Para solucionar este último punto, existen regletas en el mercado con los enchufes bien separados entre sí, así como pequeños alargadores que permiten alejar el odioso transformador uno centímetros, y así poder usar todas las tomas.

  • No cruces los cables

Es un truco básico y un poco obvio, pero es importante decidir bien dónde enchufamos cada aparato en la regleta, para que no se nos cruce ningún cable después, que es el principal motivo por el que empiezan a enredarse.

Así, si unos aparatos están a la izquierda de la regleta y otros a la derecha, enchufamos cada uno a la parte de la regleta más próxima a ellos. De esta manera será mucho más fácil sacar un cable cuando lo necesitemos y será más complicado que se forme una maraña.

  • Agrupa los cables

Si agrupamos varios cables para que vayan juntos durante parte del recorrido, reduciremos mucho las posibilidades de que se enreden. Para unirlos, podemos hacerlo de muchas maneras: hay quien utiliza bridas de plástico, velcro o alambres plastificados –como los que cierran el pan de molde– aunque también hay productos específicos, como tubos de plástico en espiral, que es probablemente la mejor manera.

A la hora de unir cables, hay que tener en cuenta que no conviene juntar cableado eléctrico con cables que transmiten señales, como un cable de red o uno HDMI, ya que se pueden crear interferencias que reduzcan la calidad de la imagen o la velocidad de conexión.

  • Identifica cada cable con etiquetas

Identificar cada cable con etiquetas nos evitará tener que decidir si desenchufar el cable rojo o el azul para salvar a la chica, o simplemente para hacer hueco para el último accesorio y sacrificar a uno que usamos menos –aunque esto no nos pasaría si tuviéramos la regleta adecuada–.

Esto se puede conseguir de muchas maneras. De forma barata, podemos pegar trozos de papel con celo identificando cada cable –incluso con colores diferentes– o atar etiquetas con un cordel. Si somos de los que nos gusta tener todo de diseño, podemos optar por cosas como estos divertidos muñecos que cuelgan de los cables.

  • Evita los cables demasiado largos, o enrollarlos

Aunque enrollar un cable de electricidad en uso no es lo mejor, pues se crea una resistencia que aumenta el consumo, a veces no queda otro remedio si el cable empleado es demasiado largo, algo que debemos evitar a toda costa, ya que los cables serpenteantes, además de antiestéticos, son un foco creador de embrollos.

Mi sugerencia es que, cuando sea posible, escojamos el cable de la distancia justa –siempre con un poco de holgura, claro– y si nos sobra cable, enrollamos el sobrante de forma ordenada. Y si podemos guardar el sobrante en una caja como en la imagen, mejor que mejor.

NO TE PIERDAS NUESTRAS INCREÍBLES PROMOCIONES: